¿Sabías que existe la hormona del amor?

hormona del amor

¡Bienvenidos una semana más a mi blog!

Esta vez acercamos la ciencia al mundo del amor, el sexo y el erotismo. Y si hablamos de ciencia en psicología, hablamos de neuropsicología, una disciplina fascinante que os recomiendo explorar. Estoy segura de que, al igual que a mí, os enganchará y querréis saber más.

Hoy os traigo un pequeño pero muy interesante fragmento de ella. La sustancia que media entre el amor y el sexo, entre otros aspectos, es la hormona llamada oxitocina, conocida como “la hormona del amor”. Producida por el hipotálamo y segregada por la hipófisis, esta hormona propicia los contactos sociales positivos, la confianza, ayuda a establecer relaciones afectivas duraderas y se libera durante el orgasmo.

El poder de la oxitocina

La oxitocina se libera en las primeras relaciones sexuales de una pareja, fomentando el deseo de aumentar el vínculo con esa persona especial. Promueve la ternura, alivia el estrés y favorece la empatía y la generosidad. Gracias a estas capacidades, te hace más propenso a tener una relación afectiva a largo plazo. Se dice que es la responsable de la monogamia y la fidelidad, aunque esto último aún no está completamente demostrado.

Estudios fascinantes sobre la oxitocina

Veamos ahora algunos estudios que ejemplifican el inmenso poder de esta hormona:

  1. Memoria de Rostros: En un experimento, se pidió a varias personas que memorizaran una serie de rostros. Aquellos bajo los efectos de una dosis adicional de oxitocina recordaban mejor una cara amable que una triste o neutra. ¿No es fascinante? Una hormona puede hacernos ver una situación social más positivamente, reforzar una amistad e incluso propiciar relaciones de pareja.
  2. Centros de Recompensa del Cerebro: Otro estudio revela que la oxitocina está implicada en los centros de recompensa del cerebro, produciendo placer, por lo que está presente durante los orgasmos.
  3. Evolución y Supervivencia: El gen precursor de la oxitocina tiene más de 500 millones de años de antigüedad y está presente en todos los mamíferos que se relacionan en grupo para su supervivencia, especialmente los primates.

Aumentar los niveles de oxitocina

Quizás os preguntéis, ¿podemos aumentar nuestros niveles de este «elixir de la vida»? La respuesta es sí. Por ejemplo, el poder del contacto físico: una mano cálida que te acaricie ofrece confianza y el cerebro recibe una potente dosis de oxitocina. ¡Sencillo, verdad?

Pero hay más. La oxitocina no es solo la hormona del contacto físico; también acelera los partos y estimula la secreción de leche materna. De hecho, inicialmente era conocida como la hormona del embarazo y se utiliza como tratamiento para trastornos relacionados con la pérdida de habilidades sociales, como el autismo, la fobia social, la depresión o la psicosis.

La hormona de la humanidad

Hablar de oxitocina es quedarse corto siempre, porque cada vez se descubren más relaciones entre esta hormona y nuestro cuerpo y comportamiento. Sin duda, podríamos cambiarle el apodo por “hormona de la humanidad”, ya que sin ella no tendríamos muchas de las cosas especiales que nos hacen ser humanos.

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